Marca personal: lo que he aprendido de mis sesiones de coaching


A principios de año la dirección de inlea y recursos humanos me propusieron recibir sesiones de coaching con el propósito de indagar en mi crecimiento personal y profesional. Me alegra poder decir que en inlea existe una gran cultura del bienestar. Si el empleado está contento, se siente cuidado y profesionalmente en desarrollo, el impacto en la productividad y la eficiencia es indudable. Además, creo que a todos nos gusta ver que las personas de nuestro alrededor están felices.

 

¿Qué es la Marca Personal?

Antes de explicar mi experiencia, debo introducir el significado de Marca Personal (o Personal Branding en inglés) para los que no lo conozcan.

La Marca Personal es la manera en que te perciben el resto de personas en consecuencia de tus acciones y la manera en que comunicas éstas. Consiste en considerarte a ti mismo como una marca comercial – eres tu propia empresa – con el objetivo de diferenciarte y conseguir un mayor éxito.

En definitiva, hacerte a ti mismo un Canvas, un DAFO, encontrar tu ikigai, o cualquier ejercicio de análisis que ayude a potenciarte y a maximizar tus beneficios.

Tras varias sesiones del programa Unbox your Purpose (“Desempaqueta tu propósito”) de Human Made Brands, liderado por Cristina Morenete, me lanzo a compartir algunas de mis reflexiones con vosotros:

 

El crecimiento personal no tiene un punto de destino

Tras aceptar la propuesta de empezar con las sesiones de coaching, lo primero que me dijo mi subconsciente fue: ¿será que lo necesito?¿es esto lo que me están queriendo decir? De inmediato me di cuenta de lo tontas que eran estas preguntas: ¡todos lo necesitamos!

Es común asociar la terapia o el coaching con algo negativo, con estar mal, o con tener que mejorar porque no lo estas haciendo suficientemente bien. Consciente de mis pensamientos, rápido yo misma me supe corregir y entender que lo estoy haciendo genial (o como me digo a veces, lo mejor que puedo) pero aquí me están dando las herramientas para que lo pueda hacer aún mejor.

Desde el primer momento estuve muy agradecida por la oportunidad y supe que quería sacarle el máximo partido a las sesiones. Nunca premedité en lo que compartiría con mi coach y definitivamente no tuve duda en que iba a abrirme emocionalmente, y estoy segura de que esto fue un punto clave para que las sesiones de coaching fueran exitosas. Si hay algo que he aprendido es que cuando te abres ganas muchas cosas: libertad, respeto, aprendizaje, etc.

La primera sesión fue muy bien. Honestamente, tan bien que pensé “le has puesto las cosas difíciles a tu coach”. Es decir, conozco muy bien este tipo de actividades. En primer lugar, me dedico al branding y estoy al corriente de las últimas tendencias, siendo el Personal Branding una de ellas. En segundo lugar, leo constantemente libros sobre psicología, practico meditación casi a diario, journaling (escribir sobre uno mismo) y siempre acabo conversando sobre este tipo de temas con mi alrededor. En conclusión, aunque puede parecer arrogante, me considero una persona emocionalmente “trabajada”.

Aunque mi mentalidad desde un principio fue “a ver qué aprendo de estas sesiones”, creo que no me esperaba lo que podía llegar a aprender y lo que puedo sacar de ello. La manera en que la coach Cristina supo relacionar mi yo personal con mi yo profesional, es algo que definitivamente yo por mi misma no hubiese sabido enlazar. O sí, pero hubiese tardado años en vez de unas horas. 

La conclusión a la que llegué fue que aunque practiques o no la introspección, nunca dejas de aprender sobre ti mismo. Aunque tengas una marca profesional ya muy bien desarrollada, la puedes desarrollar aún mejor. 

Y es necesario. Lo haces por ti.

 

El nivel de honestidad que requiere es muy elevado

El primer paso para analizar tu marca personal es tener claro quién eres. Me parece muy interesante que la mayoría de nosotros no sabemos responder a esta pregunta de inmediato y con una frase concisa. Yo misma, que como os he comentado anteriormente soy una persona muy introspectiva, no tenía clara esta frase descriptiva. Lo primero que me venía a mi mente es que “soy muchas cosas”, pero ahora gracias al trabajo con Cristina puedo resumir todas estas “cosas” en una frase concisa que me aporta claridad.

Consecuentemente toca analizar cuál es tu valor añadido (qué ofreces que te diferencia de los demás). Cuando Cristina me hizo esta pregunta inmediatamente empecé a pensar en qué sabía hacer que los demás no supiesen hacer. Y me di cuenta que esto era un error, básicamente porque no hay nada que yo sepa hacer que los demás no sepan: es el cómo lo hago. Cuántas empresas han cambiado la percepción de un producto que ya existía o han ganado clientes simplemente por el hecho de comunicar diferente o de tener X valores. Y entendiendo que como yo hago las cosas es lo que me diferencia de los demás, nunca he estado tan segura de mi valor añadido.

El siguiente paso es tener claro cuál es tu visión, tu misión y tu propósito. ¿Cómo te ves en 5 años? ¿Y en 10? Tener una ruta definida es lo que a mi me ha ayudado a concentrar mi energía en lo que realmente quiero y a no aceptar cosas que estén fuera de ello por miedo o por presión social. Es decir, saber abrazar las nuevas oportunidades que a uno le presentan y aceptar los cambios que están fuera de nuestro control es algo imprescindible, pero si sabes cuales son tus límites saludables hace que te sientas más seguro de ti mismo en estos cambios de guión. Y por supuesto es muy difícil saber con exactitud qué cargo ocuparás en un futuro, para qué empresa trabajarás, si te habrás decidido a emprender o si habrás dado un giro rotundo a tu carrera profesional, pero lo que yo sí tengo claro es cómo me quiero sentir en 5 años, en 10 o en 30. Mi consejo: piensa en esto. ¿Cómo te quieres sentir en 5 años? Haz que tus esfuerzos estén concentrados en conseguir esto que has definido.

Con el análisis de estos tres últimos puntos es inevitable pensar en cómo te perciben los demás. Es importante conocer bien que lo que comunicas está alineado con tu misión, visión y propósito, te ayudará a conocerte aún más. Si la percepción que tienen los demás de ti no va alineada con lo que tú realmente eres, es una gran oportunidad para cambiar la manera en la que te comunicas y buscar las herramientas que te ayuden a conseguirlo. Si esta percepción está alineada, te sentirás más reforzado y orientado a mejorar. No tengas miedo, si no sabes qué percepción tienen los demás de tí, pregunta.

Quiero destacar que este ejercicio no fue fácil. En algún momento me sentí sobrecogida por todos los pensamientos y reflexiones. Llegué a la conclusión que se debe al resultado de ser honesta con una misma y con los demás. En mi opinión, la honestidad en este ejercicio y el saber que tú eres el único responsable de tu marca personal lo son todo.

 

Solo existe un único YO S.L.

Confieso que me costó entender que no puedo tener diferentes marcas personales. Es decir, en las primeras sesiones tenía perfectamente definido un análisis de Anna-fuera-del-trabajo y otro para Anna-en-el-trabajo, pero imposible fusionarlas.

Me he desarrollado en un ambiente de “no vivas para trabajar” o “no te puedes llevar el trabajo a casa”  que han hecho que vea mi yo profesional como una parte complementaria en mi vida y que empezó en mi primer experiencia profesional y que se terminará algún día. Y aunque mi prioridad nunca ha sido el “cobrar a fin de mes” sino la motivación y el desarrollo profesional, también he vivido con el miedo de convertirme en “esas personas adictas al trabajo” o que “solo viven para trabajar”.

Aquí Cristina me regaló una frase que lo ha cambiado todo. Me dijo:  “no te lleves el trabajo a casa, llévate tu casa al trabajo”. Saber esto me ha liberado.

Entonces, ¿cómo puedo aportar quién soy, mis valores y mis intereses a la empresa por la que trabajo (o de la que soy propietario) y consecuentemente a los clientes? ¿Están estas acciones alineadas con mi misión? ¿En qué manera esto contribuye a mi propósito?

Otra cosa que me enseñó Cristina a ver, de la que estoy muy agradecida, es que cuando conoces tu YO S.L tu cliente final no es la empresa por la que trabjas o la empresa que quieres que te contrate. La empresa que te contrata es tu socio. Y si te cuesta diferenciarlo como a mi en un principio pregúntate: ¿El propósito de mi yo es ofrecer [mi valor añadido] a cambio de una contraprestación? O más bien, ¿Mi propósito es que [mi valor añadido] llegue a [mi público objetivo] gracias a las herramientas o plataforma que me proporcionan [mi socio]?

Para mi esta reformulación tiene muchísimo poder.

 

Gana la empresa y el empleado.

Inevitablemente durante las sesiones no he podido dejar de pensar en los beneficios que el aplicar el personal branding tendría no sólo en mí sino en mis compañeros. Soy responsable de marketing, coordino las redes sociales de inlea y por supuesto me interesa que todos mis compañeros estén en su mejor potencial para vender la empresa y nuestros servicios, que sepan bien quiénes son y qué aportan para comunicar mejor, que se sientan seguros de utilizar las redes profesionales como LinkedIn, o dar su opinión personal de algo como lo estoy haciendo yo en este artículo. Cualquier directivo o responsable de marketing sabe los resultados positivos que tienen estas acciones.

Tanto por el beneficio personal como laboral, este tipo de actividades son un recurso a explotar por la empresa también. La percepción que he tenido en los años que llevo trabajando es que la mayoría de empresas tienen miedo a dar. A un nivel grupal resulta más fácil: comidas de empresa, teambuilding, formaciones, etc. Pero a un nivel individual poco se hace más allá de las One2One.

Asimismo, quiero destacar que se debe respetar que no todos estemos dispuestos a pasar por este proceso. Como comentaba anteriormente, requiere de mucha honestidad y de romper miedos. Si lees esto como empleador, y cuentas con empleados que no están preparados o simplemente no les apetece, debes entenderles y para nada se debe asociar a algo negativo. Cada uno tenemos nuestros tiempos y prioridades. No se debe olvidar que el principal objetivo como empleador es mejorar el bienestar de tu empleado y el entorno de tu empresa. Si lees esto como propietario, por favor reflexiona en cómo mejorar tu marca personal puede beneficiarte a ti mismo y a los empleados que con tu liderazgo inspiras o condicionas. Si lees esto como empleado, mi consejo es que inviertas en el desarrollo de tu marca personal tanto como lo has hecho con tu formación.

 

Los últimos pasos del ciclo

Como en cualquier proceso de cambio de estrategia de una empresa, la marca personal consta de varias fases, que he resumido en cuatro: análisis de la situación actual, planificación de la situación deseada, seguimiento de los resultados y renovación de estrategia.

Es importante mantener presente que no empiezas de nuevo y que ya cuentas con unas experiencias que forman tu YO SL. Se trata de abrazar la marca ya creada e incorporar la nueva estrategia que has decidido adoptar.

Es posible que tu visión y tu misión permanezcan igual – aunque todavía más claras – pero el plan de acción y la frecuencia de seguimiento serán distintos tras conocer el personal branding y haber realizado el primer análisis. La necesidad de evaluar cómo lo estamos haciendo y adaptarnos a las nuevas tendencias para obtener los mejores resultados no es algo que solo debe aplicarse a empresas, sino también a tu marca personal. Ser constante es igual de importante que no obsesionarse – el autoanálisis con resultados puede ser muy adictivo.

Para terminar, me gustaría agradecer a Human Made Brands – Cristina Morenete por su trabajo y por dejarme compartir algunos de sus “truquitos”.

Así como lo he hecho con mi entorno cercano, animo a los lectores de este artículo a invertir en su YO S.L. 

Si quieres saber más sobre mi experiencia con las sesiones de Marca Personal, puedes contactar conmigo a través de mi perfil de LinkedIn o escribir a info@inlea.com.